Con la excusa de un triunfo histórico
La Real es campeona de la Copa. La Real es campeona de la Copa. La Real es campeona de la Copa. Por si acaso, llevo días repitiendo más de una vez, para darme cuenta de que es verdad. Para ser consciente de que ha sucedido. Sandra Ramajo alzó el trofeo de Copa el sábado, minutos antes de la medianoche.
Foto: @LaluRAlbarran / @Futfem |
Justo en la medianoche anterior, de viernes a sábado, muchos aficionados estábamos en el autobús en pleno viaje, de Gipuzkoa a Granada −otros tantos tomaron la ciudad granadina los días anteriores−, quizás soñando con ese momento de levantar la Copa. Durante esa misma semana, Maddi Torre e Iraia Iparragirre habían reconocido que ya habían imaginado ese instante en el que todo el mundo está pendiente de cómo levantan la Copa. Aun así, la de Lasarte prefería centrar sus pensamientos en encontrar una solución si las cosas se empeoraban durante el encuentro. Y así fue.
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Ludmila empezó temprano con sus carreras imparables y en los primeros minutos todos y todas habíamos recordado aquel último partido de Zubieta. Además, fue la propia Esther González −la que firmó un hat-trick en tierras guipuzcoanas− la que abrió el marcador (1-0). Todo lo que vino después de ello es prácticamente indescriptible. Las constantes paradas de Quiñones, la casta de Iparragirre, Mendoza, Etxezarreta y Beltrán, la presión y la claridad de Chini y Baños a la hora de jugar con el balón, el gol del empate de Palacios y el trabajo que realizó en defensa siendo ella una delantera, la habilidad de Cardona y Eizagirre para aprovechar los espacios, la brillantez de Nahikari en todas las acciones, la entrada de Soldevila para refrescar la línea defensiva, la posición correctísima de Olaizola en los minutos finales, la técnica de Lareo, la potencia de Bautista; el análisis preciso, el correcto planteamiento y la lectura de Arconada, el trabajo constante −tanto en la final como en toda la temporada− de las jugadoras que fueron suplentes el sábado, la ilusión de las futbolistas del segundo equipo… Y para redondear la noche, la fuerza de Ramajo a la hora de alzar la Copa. Fuerza y sentimiento. Corazón. Levantó con el trofeo con la fuerza del corazón para luego vestir la camiseta en honor a Tximist.
Llevábamos horas recargando las pilas para animar con ímpetu en el estadio Nuevo Los Cármenes. Puños arriba, gritando −o cantando− "Ale Erreala ale", "Goazen Erreala, goazen txapeldun" o, quizás la que puede ser la canción preferida, "Erreala ale, irabazi arte beti egongo gara zurekin". No había más en el centro de Granada. Camisetas blanquiazules en todas las esquinas. Conocidos y conocidas en todas las esquinas −y los que no eran conocidos se convertían en conocidos en ese mismo instante−. Los granadinos también nos alentaban al grito de "Aupa Real". Fue entonces cuando empezamos a guardar en nuestra retina muchos recuerdos, sin esperar al resultado. Porque por encima del resultado, también hay que saber ganar en la calle.
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Lo de Granada es el principio de algo, no es el final. Pero al mismo tiempo sí es un hito de un proyecto que empezó a andar en 2004. Pensábamos que las semifinales del 2011 eran historia, o la cuarta plaza del curso 2015-2016, o la primera victoria en un derbi cosechada en 2010 en Lezama; o los dos derbis que se disputaron en Anoeta o incluso la semifinal frente al Sevilla. Y en cierta parte, sí son historia. Porque personalmente, los tengo guardados en distintos capítulos. Porque los hemos vivido de forma distinta cada uno de los logros, porque en cada uno cambiaban las protagonistas, y todos ellos y todas ellas han ayudado en este logro histórico. Y muestra de ello es que no quisieron perder la cita las exjugadoras ni los entrenadores, fisioterapeutas y preparadores físicos que han sido parte de la plantilla técnica durante estos años. Y no quisiera olvidarme de ellos. Ni tampoco los padres y las madres de las jugadoras que tanto sufren, o los amigos y familiares. Porque son el fuelle que potencia al equipo y son los que adornan cada fin de semana las gradas de Zubieta, desde el principio; y cómo no, el 11 de mayo de 2019 sustentaron con gritos y camisetas de la Real las calles granadinas y el estadio. Y entre tanto, entre amigos y familiares, han ido en aumento los que denominamos "fieles aficionados" y puede sea esa la victoria más importante de esta campaña −además de la Copa, claro está−.
Durante muchos años han sido ellos los que han alimentado este proyecto, han sido ellos la excusa de este proyecto. Y he tomado la excusa, con permiso, de la histórica victoria de Copa para escribir y ofrecer este nuevo artículo, después de dos años sin actualizar el blog. Porque ha sido un fin de semana lleno de recuerdos, porque desde el 2017 hemos seguido yendo a Zubieta −siempre con el apoyo de quien ha estado en la sombra, Imanol Urkiri Illarramendi− y porque, desde otra perspectiva, hemos ido conociendo todo lo que ocurría alrededor del equipo, y porque continuaremos en ello. Este proyecto −por denominarlo de alguna forma− comenzó el 2010, este proyecto me despertó la pasión por ser periodista, este proyecto me ha llevado a estar dónde estoy ahora (junto al portal de referencia www.futfem.com). Las necesidades del día a día me obligaron a pausar el blog, pero quería reflejar y guardar mediante palabras los pensamientos y los recuerdos de este partido histórico. Para que, como este mismo proyecto, no caiga en el olvido. Todo esto ha sido por vosotras. Y por vosotras seguiremos yendo a las gradas y por vosotras lucharemos por lograr la igualdad en el deporte.
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"Hegoak ebaki banizkio, neria izango zen, ez zuen alde egingo. Bainan horrela, ez zen gehiago txoria izango. Bainan horrela ez zen gehiago txoria izango. Eta nik, txoria nuen maite" - Txoriak txori, Mikel Laboa.