AINARA MANTEROLA Y LARRAITZ LUCAS EN NOTICIAS DE GIPUZKOA

9/03/2011 T 0 Comments

Entrevista extraída del diario Noticias de Gipuzkoa - Juanjo Merchán



Foto: Iker Azurmendi
Larraitz Lucas (Donostia, 1982) lleva siete años en la Real y es la más veterana, además de la capitana, del equipo. Ainara Manterola (Orio, 1995) debuta esta temporada y es la benjamina de la plantilla. A pesar de que sus carreras se encuentran en momentos muy distintos, ambas afrontan con la misma ilusión la nueva temporada

Larraitz Lucas Centrocampista de la Real Ainara Manterola Defensa de la Real



Donostia. Preséntense ustedes mismas. ¿Podrían definirse la una a la otra?

Larraitz Lucas. Ainara es una jugadora con muchísimo futuro que ya es internacional. Con tan solo 16 años es bastante asombroso que esté en la Real. Es una central con mucha altura y potencia, que también maneja muy bien el balón. Además, tiene otra cualidad muy importante: que tiene los pies en el suelo.
Ainara Manterola. Para mí, la principal característica de Larraitz es que juega con una seguridad y una confianza muy grandes. Aporta mucho al equipo y es un ejemplo a seguir.


Comienzan la liga mañana, ¿con qué sensaciones afrontan la temporada?
L.L. Tenía en la cabeza dejarlo, pero hablé con el club y me presentaron un proyecto bastante ambicioso y, al final, llegamos a un acuerdo. De momento, sigo un año más. Aunque los primeros días de la pretemporada muscularmente me sentí algo tocada, llego bien físicamente. Al llevar tantos años en Primera División mi cuerpo ya está habituado al ritmo de los entrenamientos. Además, en verano tampoco he parado totalmente, he procurado hacer otros deportes, por eso tampoco me ha costado excesivamente.
A.M. Yo estoy con muchas ganas y mucha ilusión. Empecé con algo de miedo por ser la más joven. Se nota mucho el cambio, se entrena más y con más intensidad, pero ahora me siento muy a gusto.


¿Qué objetivos se marcan a título personal?
L.L. Objetivos personales muy pocas veces me marco y cada vez menos. Me gusta más centrarme en lo colectivo y que lleguemos a superar la temporada pasada, que creo que fue muy buena. Yo intentaré aportar lo máximo y ayudar a las más jóvenes en todo lo que pueda.
A.M. Mi objetivo es entrenar cada día para mejorar. No sé si voy a tener muchas oportunidades de jugar, pero yo voy a trabajar para ello.


Y en lo colectivo, ¿cómo ven al equipo?
L.L. La parte positiva es que se ha mantenido el bloque, a excepción de dos jugadoras, y que las nuevas incorporaciones son realmente buenas. El proyecto sigue yendo hacia adelante, no se ha estancado para nada; esta directiva está apostando muy fuerte por el equipo femenino. La meta es intentar competir con los que estén arriba, sin perder el respeto a nadie, pero subiendo un escalón derportivamente hablando.
A.M. Yo veo al equipo bien, con muchas ganas. Aspiramos a mejorar lo del año pasado.


¿Qué opinión les merece el hecho de que la competición haya vuelto al formato de grupo unificado con 18 equipos?
L.L. Es un acierto que volvamos a la competición normal, y no a esa patraña que se inventó la Federación para intentar que ciertos equipos ascendiesen por méritos económicos y no por los deportivos. Lo que pasa es que quizá 18 equipos en Primera División son excesivos tal y como está estructurado el fútbol femenino ahora mismo. Pero la liga no podía seguir dividida en tres grupos.
A.M. Me parece muy bien porque, aunque los viajes van a ser más largos y va a haber mucho nivel, creo que va a ser muy bonito.


Entrenamientos, viajes... La Real les exige una dedicación importante. No siendo profesionales, ¿les cuesta compaginar el fútbol con sus otras actividades?
L.L. Sí que cuesta, sobre todo viajar los fines de semana porque a veces llegamos muy tarde y al día siguiente hay que trabajar. El tema de los entrenamientos, por lo menos en mi caso, no me crea problemas porque trabajo por las mañanas. Pero sí hay compañeras que salen de trabajar corriendo para venir a entrenar. Eso pasa porque el deporte no nos da para vivir, ni mucho menos, aunque la Real y la Diputación se están implicando ahora mucho en el proyecto.
A.M. Sí, claro. Pierdes muchas cosas, no puedes casi estar con los amigos, no te queda mucho tiempo. Con los estudios este año se va a hacer duro porque paso ya a Bachillerato. Pero al final esto es lo que nos llena.


Y, en contrapartida, ¿qué les aporta vestir la camiseta de la Real?
L.L. Estar en un club como la Real Sociedad es un sueño hecho realidad. De hecho, una de las fotos que todavía guarda mi madre en su casa es una en la que estoy yo con ocho años con la camiseta de la Real. Nunca pensé que podía llegar aquí.
A.M. Para mí es algo muy grande, una ilusión que he tenido desde pequeña.


Me hablan de su infancia, de sus sueños. Cuéntenme, ¿cómo y por qué empezaron a dar patadas a un balón?
L.L. Siempre me ha gustado el fútbol, durante muchos años fue una pequeña obsesión para mí. La afición me la inculcaron mi hermano y mi padre, y empecé a jugar en el colegio. Luego pasé al Intxaurrondo y después al Añorga, antes de llegar a la Real.
A.M. Yo empecé con diez años en la ikastola. Hacía muchos deportes, pero el fútbol era lo que más me gustaba. Entonces mi padre era mi entrenador y eso hizo que fuera todavía con más ganas a entrenar. Mi objetivo era llegar a la Real.


¿Creen que se impulsa suficientemente entre las chicas la práctica del fútbol, y del deporte en general, en los colegios?
L.L. En algunos más que en otros. Yo ahora mismo trabajo en el Liceo Santo Tomás, donde se fomenta mucho el deporte. Como educadora, considero fundamental que los niños, desde los 9 o 10 años, intenten involucrarse en cualquier actividad deportiva porque al final aprenden ciertas normas que a las profesoras no nos da tiempo a impartir en las aulas.
A.M. Yo creo que sí que se intenta que las chicas hagan algún deporte. De pequeñas se apuntan bastantes, lo que pasa es que luego, a medida que la gente se va haciendo mayor, lo dejan.


Y a nivel elite, ¿qué le falta al fútbol femenino para terminar de despegar?
L.L. En mi opinión, dos cosas principalmente. La primera, que la Federación se dé realmente cuenta de que el fútbol femenino vende si realmente apuestas por ello y, la segunda, que los medios de comunicación se impliquen un poco más.
A.M. Falta mucho apoyo, de los medios y de todas partes. Todavía no se le da importancia al fútbol femenino. Falta profesionalizarlo.

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