El sentir

Van pasando días. Meses. Años. Y el sentimiento varía. Se cambia, se transforma porque es inevitable. Nadie es igual hoy que ayer. El sentir no cesa en su evolución. A veces se disminuye y otras veces se agranda. Se hace grande de tal manera que es imposible taponar. Y es, precisamente, ese sentir el cual te da alas. Te presta su energía para vivir, para salir como si en tu interior sonase alguna canción marchosa. 

¡Y qué hermoso es! Es por ello que aunque pasen días, meses o incluso años, sientes esa palpitante vibra al comenzar a teclear una crónica. Aunque fuese triste. Ese intento de ilustrar lo vivido durante noventa minutos se hace apasionante. Como la forma de vivir cada pase, cada gol o cada derrota. 

Foto: Sandra Ayala - @sandrika24

Te adentras en una rutina que a veces puede ser pesada –todo hay que admitirlo. No todo es color de rosa. La pasión existe, pero también el esfuerzo casi diario. Y ese trabajo a veces pesa; pesa demasiado. El malestar no llega a durar ni una hora, porque los recuerdos se encargan de cargarte las pilas. Se responsabilizan de hacerte ver cuántas cosas te ha aportado una cosa u otra. La memoria resulta ser la mejor medicina para seguir ilusionada. 

Parece que con la distancia se disminuya el sentir. O es lo que aparenta desde la lejanía. Es comprensible. Es más fácil alejarse de la rutina. Más fácil, pero no sencillo. Porque, al fin y al cabo, te tira la responsabilidad. Esa responsabilidad nacida por la pasión. 

Y hoy empiezas a escribir como si fuera una responsabilidad y en cuanto avanzas te das cuenta que todo esto no lo harías por la pasión o por el sentir que te produce informar del fútbol femenino, y más concretamente de la Real Sociedad. Esta temporada da la sensación de estar más apartada de todo –por motivos obvios-, más fría, menos interesada. Os diría que es cierto si no fuese por los escalofríos que produce el darte cuenta que este proyecto ya cumple su quinto aniversario. 

¡Quién lo diría! Hemos vivido momentos duros de la Real Sociedad, también victorias inesperadas y ahora que el equipo está en su mejor momento de la historia, ¡qué duro no estar cerca! Por ello, no queda nada más que felicitar a toda la plantilla y a todo el cuerpo técnico del club txuri-urdin. Felicidades por saber sufrir en las derrotas más duras y por levantaros cómo dios manda. ¡Saboread este momento dulce al máximo!

Y recordad, desde la lejanía continúa la pasión en el estado más puro.